Vendo mi alma al primero que pase porque el diablo se olvidó de mí.

Dejad los pretextos, la vida necesita más párrafos.

miércoles, 14 de enero de 2015

"Ayer, cuando todo iba bien, me sentí fatal."

La desoladora revelación de no ser un árbol me consume poco a poco. Siento expandirse mis miedos, que se aferran cada vez más bajo kilómetros de distancia, poniéndome en evidencia cuando intento hacer como que sí, como si todo fuera todo lo perfecto que, en efecto, parece.

Ayer, cuando todo iba bien, me sentí fatal. Me resulta difícil admitirlo pero, me gusta, me encanta la tristeza, el delicado traspiés de cada día que no consigues lo que realmente deseas, pero, sobre todo, me gusta la belleza que tiene la certeza de saber algo imposible, pero seguirlo persiguiendo.
Me emocionan las pulsaciones irregulares y los nervios por saber si mañana seré capaz de decir todo lo que únicamente escribo, o si mañana será el día que ando esperando.

Lo realmente importante es mantener la calma, lo demás va pasando (del modo que tenga que pasar).

Karen

jueves, 25 de diciembre de 2014

Veinticinco de diciembre, 2014.

Este año no iba a ser menos. 

6 días para fin de año...
Los fantasmas se hicieron mayores y más fuertes a principios del 2014, lo mandaron todo a tomar por culo y me clavaron mil estacas en el pecho. Dolió como mil demonios.
Fue difícil, pero ondeé mi bandera blanca, divisé a lo lejos la tuya, y llegamos, por fin, a una especie de tregua.

6 días para fin de año...
Ah, qué placer haber hecho las paces. Qué placer el placer, los litros de alcohol y los portales. Qué placer haber llegado aún con la mitad del corazón a mitad de año.

6 días para fin de año...
No sé muy bien cómo pasó, pero un día desperté y ya no habían fantasmas bajo la cama. Dejé de escribir porque eran ellos los que me inspiraban, los que me obligaban a escribir, los que me enseñaron que las lágrimas hay que aprovecharlas... No sé muy bien cómo pasó, pero pasó y sigue pasando.

6 días para fin de año...
Pero regresaron. Un día vinieron a visitarme, me asaltaron en mitad de la noche y me invitaron a bailar. Me susurraron cosas sucias al oído y me recordaron todos los años que estuvieron bajo mi cama. Pero, no sé muy bien cómo...

...Quedan solo 6 días para fin de año y no he vuelto a saber de mis fantasmas, pero sospecho que unos nuevos están despertando.

Karen.

martes, 4 de noviembre de 2014

Solo lo hago porque quiero.

No tengo nada que escribir, no se me ocurren palabras demasiado tristes, ni tengo la necesidad de sentir que alguien se está dando cuenta de lo enfadada que estoy, pero me apetecía escribir. Siento un hormigueo familiar subirme por las puntas de los dedos y los ojos los tengo llenos de ganas por ver por escrito las cosas que... bueno, no tengo cosas que, pero quiero, y no quiero quererlas.

Voy a tener que acostumbrarme a escribir sin escuchar el ritmillo tan gracioso de las palabras tristes, que, por supuesto, son mis favoritas.

Es como si... como si ya no supiera cómo escribir. Todo suena tan, tan sumamente, tan normal, que me dan ganas de escribir en papel solo para romperlo y enfadarme conmigo misma por no ser capaz de...

Bueno, ¿quién necesita explicar nada?

Karen.

viernes, 1 de agosto de 2014

¿Qué has estado haciendo?

De pronto todo cambió de color, de textura, de olor... 
Pasé del turbulento vaivén -de la guerra fría- al cálido, tranquilo y apestoso lugar donde me pregunto qué coño he estado haciendo todos estos años; y por supuesto, no me sé responder. 
He estado haciendo el ridículo, he malgastado años enteros en buscar la solución imposible, en forzar al destino, he estado haciendo malabares con las palabras; he estado, en fin, persiguiendo al pasado. 
Me encantaría arrepentirme, pero no. Eso nunca. 

De pronto las palabras bonitas se hicieron tabú
tus ojos dejaron de ser los que yo veía 
tu sonrisa marchitó la mía
mis intentos se volvieron pesadillas
y tú estabas en ellas
siempre
jodiendo, siempre. 

De pronto el silencio me parece lo más agradable, lo más sensato que podríamos haber hecho. Teníamos que haberlo hecho antes... Pero, a su vez, me parece lo más horrible, cruel y despiadado que pueda pasarnos. No pretendo que entiendas nada -yo tampoco lo hago- tan solo quiero que sepas que me he dado cuenta de que la película se ha terminado, de que el prota no era el prota, y que el malo no eras solo  tú. Me he encontrado a mí misma, sola, en una sala oscura con palomitas por el suelo cuatro años después del día cero. Coño.

De pronto quiero correr y gritarte 
hacerte entender 
de una puta vez
que los abrazos 
también son cosa de amigos.
Pero parece que hasta en eso me he equivocado...
Y tú siempre
siempre siempre
jodiendo.
¿Qué he estado haciendo?

Karen.


viernes, 25 de julio de 2014

Cambios.

Siempre he creído que las cosas suceden por alguna razón y que lo que ocurre es siempre lo mejor; hoy me aferro a esta idea y abro las puertas a lo que tenga que venir, doy un paso al frente y me olvido de cualquier cosa medianamente lejana, pisoteo con rabia todas las copas rotas, las cenizas y las canciones estúpidas, pisoteo y rompo todo (si es que queda algo que no lo esté ya), respiro tranquila y me concentro en esa luz al final del túnel que me dice que ya estoy llegando, que queda poco, que lo hice bien, todo bien.
Porque, coño, si no lo hago... ¿qué queda por hacer? Ya no quedan opciones, el mundo está aprovechando su turno, y quiere que ganemos. 

Siempre he vivido más en el futuro que en el ahora; ahora vivo más en el pasado y sé, que por narices, ahora toca lo que queda... Voy a descalzarme y no me voy a peinar, me maquillaré lo justo para que no se note que apenas duermo, usaré colores fuertes como si pidiese atención a gritos, diré que no y que sí (pero nunca tal vez), me aprenderé de memoria aquel poema de Bukowski y, bueno, me despediré sin decir ni una sola palabra... porque a las palabras le han crecido espinas, y yo las he cogido con fuerza creyendo que un poco de dolor estaba bien.

Siempre he confiado en la bondad de las personas. Nunca se me ocurrió la posibilidad de la maldad (pura y sin sentido) hasta que la conocí, en su estado más despiadado. Me fui de cañas con ella, quedamos mil veces, discutimos, nos besamos, la miré a los ojos, le dije que la quería, me arrepentí, la bese como nunca he besado a nadie y hasta me la follé... Lo hice porque sabía que estaba jugando con fuego y me divertía. Fui una estúpida y lo siento, sé que no supe retirarme a tiempo, pero... vete a la mierda, hazme compañía.

Karen.

martes, 22 de julio de 2014

Yo contrafactúo, tú contrafactúas, él contrafactúa.

Contrafactuamos y así nos va.
¿Y si en lugar de... hubiésemos...? ¿Qué sería de nosotros si...? Bueno, y así todo el rato, a todas horas, sin detenernos ni un segundo para disfrutar de lo que pasó realmente, de lo que está pasando, y de lo que, sin duda alguna, ha pasado por alguna razón.
Se nos va la vida pensando en la vida que vamos a perdernos, en las cosas que definitivamente no haremos, en los momentos que dejamos pasar y en mil tonterías sin importancia.

¿Y si dejamos de hacerlo?
Karen.

domingo, 20 de julio de 2014

"Hay algo hermoso en intentar lo que se sabe imposible."

Cuando todo se derrumba... cuando, en fin, cuando pasan cosas -y años- es cuando nos damos cuenta de lo hermoso que resulta seguir en pie, que ¡nos importa una mierda!, que si queremos no esperamos nada a cambio, porque el que quiere de verdad nunca deja de querer, aunque nadie le quiera.

Una vez, hace mucho, cuando las palabras abundaban y eran sólo caricias, me dio por pensar que algo iba mal, que tanta felicidad no era posible. Por esa época creía que el amor era cosa de dos. Ahora, tras miles de espinas por sacar, estoy segura de que estaba equivocada y de que el amor es uno, y no se puede compartir. 

Yo quiero, y quiero mogollón; con rabia, desesperación y, sobre todo, con pasión. Quiero porque es precioso querer, porque me hace feliz y porque... Bueno, dejarse querer es más complicado.

Karen.